A prevenir quemaduras

La Secretaría del Interior de Floridablanca recordó que en este municipio se prohibió el uso y comercialización de la pólvora. – Suministrada/GENTE DE CAÑAVERAL
Pese a las recomendaciones y prohibiciones que hacen continuamente las autoridades sobre el uso de la pólvora, algunas personas las siguen usando en las fiestas decembrinas, tanto los explosivos como los luminosos.
Es por esto, y con el fin de evitar emergencias, que el médico Carlos Ramírez Ribero, coordinador de la Unidad de Quemados del HIC, ofrece una importante recomendación en caso de presentarse una quemadura, para ello: “lo más importante es aplicar agua sobre la herida, porque muchos suelen aplicar todo tipo de cremas o pomadas, y es un error. Después de lavar la herida se debe dirigir lo más pronto posible a un centro de atención”.
Y es que en los últimos cinco años, más de 5.000 personas han resultado lesionadas en Colombia por la manipulación de pólvora en Navidad y Año Nuevo, según el Ministerio de Salud en el lanzamiento de la campaña ‘Porque te quiero y me quiero: cero pólvora parcero’.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud (INS), solo entre las fiestas decembrinas de 2018 y el inicio de este año se registraron 832 lesionados con pólvora (37 % menores de edad), entre los que hubo 97 amputados y 99 personas con daños oculares y auditivos. “Cuando se presentan quemaduras con pólvora, usualmente las zonas más afectadas del cuerpo son las manos. Se puede presentar incluso amputación de todo el dedo o de toda la mano, dependiendo de la cantidad de pólvora manipulada. La cara también se ve muy afectada en estos accidentes. Con mucha frecuencia hay esquirlas que afectan los ojos y provocan la pérdida total de la visión”, aseguró el profesional.
El año pasado, la mayoría de los lesionados sufrieron el accidente tras manipular totes (30%), cohetes (11,9%), voladores (11,7%), luces de bengala (4,7%), volcanes (4,6%) y otros, como papeletas y diablitos, (25,1%), según el Instituto Nacional de Salud. “En todas las quemaduras hay una lesión física, pero no se puede olvidar que también se genera un impacto psicológico muy severo que afecta no solo al paciente sino a todo su entorno familiar y personal”, afirma Ramírez Ribero.