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| Sep 27, 2019 | Nuestra Gente, Portada

“Este corazón me dio una segunda oportunidad de vida”: Luis Gustavo Hernández Mantilla

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“La vida da un vuelco y se aprende a ser feliz”: así se refiere Luis Gustavo Hernández Mantilla a una de las experiencias más importantes que una persona podría enfrentar. Luis Gustavo, literalmente, volvió a vivir.

En 2017, este hombre de 66 años se sometió a una trasplante de corazón debido a una falla cardiaca que comenzó a manifestarse cuando tenía 41 años y que empeoraba con el paso del tiempo.

“Mis problemas iniciaron por un bloqueo auriculoventricular completo que fue deteriorando paulatinamente el corazón hasta llegar a una dilatación

cardíaca, por la que se fue perdiendo la fuerza de contracción. En ese momento entré a formar parte de los pacientes del Equipo de Falla Cardíaca.

Donación de Corazón, Luis Gustavo Hernandez

Inicié el protocolo para Trasplante, en el que se requieren una serie de análisis de laboratorio y citas médicas con todas las especialidades que demostraran que el estado de salud, aparte de los problemas cardíacos, era óptimo y que ameritaba aprovechar un órgano nuevo como es el corazón de un donante.

Los estudios previos se realizaron durante un año y al finalizarlos tomé la decisión de trasladarme de Cúcuta, en donde residía, para Bucaramanga, donde está la Fundación Cardiovascular, una de las mejores de Colombia y Suramérica. A los dos meses de estar en la lista de espera me realizaron el tan anhelado trasplante. La demora estuvo supeditada a la aparición de un donante compatible conmigo”, recordó.

Y fue así como el 30 de noviembre y después de 14 horas de cirugía, su vida cambió radicalmente y como dice él, desde ese momento comenzó, “indudablemente, a valorar cada minuto, a disfrutar todas las bendiciones y las cosas que anteriormente pasaban desapercibidas. Se valoran más las relaciones familiares, crecen valores como respeto, y el amor”.

Suministrada / GENTE DE CAÑAVERAL

Aunque su recuperación fue un proceso doloroso y extenso, hoy Luis Gustavo Hernández Mantilla sonríe y comparte al máximo momentos especiales junto a su esposa, sus dos hijas y sus dos nietos, quienes fueron su principal motor para salir adelante y aprovechar “esta nueva oportunidad. Esta experiencia me devolvió las expectativas de vida y me ha permitido disfrutar de un futuro, conocer y compartir con mi adorada familia”, manifestó este hombre.

Adriana Salazar Hernández, su esposa, con quien ha compartido más de 30 años, aseguró que el nacimiento de su primera nieta, 3 días antes de la cirugía, fue la motivación más importante para que él se aferrara a la vida. Meses después nació su segundo nieto, indiscutiblemente otra razón más para luchar por su salud. “Nunca perdimos la fe, esto fue un milagro y seguimos disfrutando juntos”.

Entre todos los cambios que debió afrontar, el más difícil fue dejar a un lado su profesión: médico veterinario y su finca, pues con estas tareas se expone a contraer algún tipo de infección; sin embargo, no se arrepiente y dice que todo este cambio ha valido la pena.

“Después del trasplante, las condiciones de vida cambiaron, teniendo en cuenta que somos sometidos a un tratamiento de inmunosupresión, es decir bajan las defensas orgánicas para evitar que se presente rechazo del corazón, lo que hace que deba uno tener cuidados muy especiales para no adquirir enfermedades”, explicó Hernández Mantilla.

Sobre los hábitos señaló que “no han cambiado mucho, pero si se debe tener más cuidado en la alimentación, comida sana y manejo y desinfección de los alimentos”.

Dos años después de entrar a esa sala de cirugía sin saber qué iba a pasar, este hombre se convirtió en el pilar principal de su familia, por lo que ha asumido con total entrega su papel de esposo, padre y abuelo. “Hoy en día y por la experiencia propia, estoy con toda la autoridad moral para desmentir las falsas historias sobre el tráfico de órganos, siendo la donación una gran posibilidad para salvar y dar la oportunidad a muchas personas para recuperar su vida, para disfrutar y continuar siendo una persona útil a la sociedad”.

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transplantes de corazón se han realizado en lo que va corrido de 2019, según la Fundación Cardiovascular de Colombia. Las cifras son de la Regional 4, conformada por Santander, Norte de Santander, Arauca y Cesar.

Un agradecimiento especial

Pese a que por políticas generales los datos del donante no pueden ser suministrados, Luis Gustavo Hernández Mantilla y su esposa lograron conocer

Donación de Corazón, Luis Gustavo Hernandez

que un hombre de 33 años fue quien donó su corazón para que él pudiera seguir viviendo. “Todos los días agradecemos a esa familia que aceptó que esa persona que lamentablemente ya no está, haya salvado la vida de mi esposo y la de mi familia, porque todavía tenemos sueños y queremos seguir adelante”, manifestó Adriana Salazar con su voz entrecortada.

 

«Un donante puede salvar muchas vidas a la vez. Los órganos que no se donan se pierden y quitan la oportunidad de vivir a otros»

Datos médicos

De acuerdo con la información suministrada por el médico coordinador de trasplantes de la Fundación Cardiovascular de Colombia, Fernando Quintero, los trasplantes en Colombia son gratuitos y los cubre el sistema de seguridad social.

Los requisitos para ser donante de corazón son: edad menor a 50 años, sin antecedentes de hipertensión, sin manejo farmacológico, que el donante no haya tenido paros cardiorespiratorios de mas de 10 minutos, que no tenga tumores malignos o infecciones bacterianas, virales o fúngicas activas sin manejo farmacológico.

“Cuando un niño necesita un trasplante cardiaco se buscan corazones de donantes del peso similar o 2 veces su peso, es decir, si un niño de 15 kg podría recibir un corazón de un donante de 30 kg. La edad no necesariamente debe ser la misma”, indicó el profesional.