Tiempo de calidad entre padres e hijos

Son estas vivencias las que crean memorias profundas que van a estar presentes por el resto de la vida de los hijos y que además van a ayudar a fortalecer la relación. – Banco de Imágenes /GENTE DE CAÑAVERAL
En la misión de ser padres es primordial establecer una relación constructiva y de calidad con los hijos, y para conseguirlo se requiere una conexión total desde el principio por medio de juegos, interacción familiar, actividades juntos como ver una película, preparar una comida, una mañana de piscina, una larga caminata, etc.
Según la sicóloga de la Fundación Cardiovascular de Colombia, Diana Ortega, cuando se consigue esa compenetración “los niños se sienten acogidos, comprendidos y valorados, lo cual genera un ambiente en donde crecen en la seguridad y la tolerancia y ayudan en la formación de herramientas para enfrentar asertivamente la adversidad”
Agregó que “en diversas ocasiones las obligaciones, el trabajo y el cansancio nos privan de compartir momentos con nuestros hijos. De igual forma tampoco somos conscientes de que el uso indiscriminado de la tecnología nos distancia y nos reduce el tiempo de calidad que podríamos estar disfrutando con ellos; sin embargo, no existen peros para compartir y fortalecer esa relación en las actividades y rutinas diarias. Una razón grande que se debe tener en cuenta es que no es la cantidad de tiempo que le inviertes, si no la calidad de tiempo en la cual estás presente, la importancia de lidiar con la cotidianidad versus el día a día del rol de padres.
Claves para lograr
la conexión
Observar: No es solo mirar, es fijarnos en lo que ellos hacen y lo que nos dicen de manera indirecta a través de su comportamiento. Leer e interpretar sus emociones se hace necesario para enseñarles a reconocerlas, manejarlas, para desarrollar su inteligencia emocional. Es esencial enseñarles que todas las emociones son permitidas, que no hay emociones buenas ni malas, sino agradables y desagradables.
Escuchar: Estar atentos frente a lo que nos están diciendo a través de sus palabras, su cuerpo, sus expresiones y su estado de ánimo. Es importante no juzgar, ni interpretar apresuradamente, recordemos que los miedos de nosotros se pueden transmitir y en ocasiones se hacen visibles cuando tratamos de privar a nuestros hijos frente a determinadas acciones.