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| May 11, 2018 | Nuestra Gente, Portada

Diana Avendaño, una madre canguro con mucha fortaleza

Diana Avendaño hoy se siente orgullosa de la evolución de su hija y de haber sido el apoyo esencial para la recuperación de la pequeña Valeria Orostegui Avendaño. - Fabián Hernández/GENTE DE CAÑAVERAL

Diana Avendaño hoy se siente orgullosa de la evolución de su hija y de haber sido el apoyo esencial para la recuperación de la pequeña Valeria Orostegui Avendaño. – Fabián Hernández/GENTE DE CAÑAVERAL

Como una verdadera “prueba de amor” definió Diana Avendaño, la experiencia de haber sido madre canguro de su hija Valeria Orostegui Avendaño, quien ya cumple 19 meses de vida.

Y es que lo que comenzó como un embarazo normal se convirtió en uno de los más duros episodios que ha tenido que vivir esta joven mamá primeriza, a sus 30 años de edad.

Sin explicación alguna, su bebé nació a las 29 semanas de gestación. “Los médicos me dijeron que de ese día no pasaba y que tenía que nacer.”

Valeria nació de 29 semanas por lo que tuvo que someterse a la posición y al programa Canguro de la Clínica San Luis  de Bucaramanga.   - Suministrada/GENTE DE CAÑAVERAL

Valeria nació de 29 semanas por lo que tuvo que someterse a la posición y al programa Canguro de la Clínica San Luis de Bucaramanga. – Suministrada/GENTE DE CAÑAVERAL

Duró dos meses en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica San Luis de Bucaramanga, donde, según Diana Avendaño, gracias a la intervención y atención del personal médico, hoy su hija está con vida.

“Aquí formé una segunda familia, porque desde que nació mi hija todos estuvieron pendientes de mí y de ella hasta el último día”, manifestó la madre.

Debido a la prematuridad, la niña fue sometida a la posición canguro, que es una técnica de atención del neonato que se fundamenta en el contacto piel a piel entre la madre y el bebé, y los cuidados que en alimentación, estimulación y protección ella le ofrezca.

“Valeria todavía tiene posición canguro; cuando inicié el programa empecé a leer mucho sobre esto y uno no se alcanza a imaginar cómo el calor corporal de uno les puede ayudar. La niña fue evolucionando muy rápido. En este proceso mi esposo y yo nos turnábamos para tenerla en posición canguro”, comentó la madre, quien con la voz entrecortada recordó el duro momento que padeció hace más de un año cuando su hija se debatía entre la vida y la muerte. “Por un momento difícil que ella tuvo, le pedí a Dios que si la niña no iba a sobrevivir entonces ya, pero que no la quería ver sufriendo”.

Agregó, “soy una mamá sobreprotectora. Es un proceso tedioso, pero al verla en peligro y tan vulnerable es complicado. Vi niños que no sobrevivieron y saber que todo dependía de mí, me llenaba de fuerza, porque si yo no podía mi hija tampoco iba a poder, por eso yo le hablaba mucho. Siempre hubo una conexión muy especial. De hecho, los niños canguro son muy especiales”.

Por eso su mensaje para las madres canguro es “que hay que meterle muchas ganas, porque si uno se deja caer a la primera no se levanta. No deben entrar en pánico y sobre todo, buscar el apoyo de la familia”.

Actualmente, Valeria Orostegui Avendaño es una niña sana, que con su tierna sonrisa ilumina su hogar.

Madre canguro

“Se refiere a la madre, como proveedora de la llamada Posición Canguro, que es el contacto piel a piel entre la madre y el bebé, 24 horas diarias, en estricta posición vertical, y en medio del pecho de la madre, bajo su ropa. Las madres son utilizadas como incubadoras y fuentes de nutrición y estimulación hasta que el bebé alcanza la madurez esperada”, explicó la pediatra Mónica Alexandra Cruz, de la Fundación Cardiovascular.

Este método fue creado en Colombia, a finales de 1970, por el doctor Édgar Rey Sanabria, quien utilizó a las madres como fuente de calor debido a la escasez de incubadoras.

Por su parte, Milena González, enfermera del programa canguro de la clínica San Luis, indicó que la idea con esta postura es que el bebé, puesto de modo vertical en el torso, pueda escuchar el corazón del papá o la mamá con una posición tranquila, con sus manos sobre su pecho, alineada y las piernas recogidas en el vientre de la mamá.

En cifras

19

meses de vida tiene Valeria Orostegui Avendaño, luego de superar su condición de prematuridad.

50

bebés prematuros al mes, en promedio, participan del programa Canguro en la clínica San Luis.

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