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| Jul 14, 2017 | Nuestra Gente, Portada

Román Prada, un pintor a “contrarreloj” del Tour de Francia

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Liliana Carvajal Pineda

Gente de Cañaveral

 

En medio de la euforia que vive por estos días el país con la participación de los ciclistas colombianos en el Tour de Francia, el artista Édgar Román Prada se concentra para capturar sobre la madera las mejores imágenes de los ganadores de cada etapa.

Es así como transcurren los días de este escultor y pintor betuliano, desde el pasado 1 de julio, cuando comenzó esta competencia deportiva que reúne a los mejores ciclistas del mundo.

“Para seleccionar las imágenes que voy a pintar primero pienso en su impacto a primera vista, que tengan buena luz y resolución. Imágenes que despierten impresión, que coincidencialmente en su mayoría son de la llegada a meta. Ya en el cuadro, busco que el público logre sentir el esfuerzo del ciclista, la pasión del ciclismo, lo que está sintiendo el corredor, la determinación y su lucha para lograr ganar la etapa”, manifestó el artista, quien pinta todos los días al ganador de cada etapa.

Román Prada tarda hasta 12 horas elaborando cada cuadro. Comienza a las 5:00 de la tarde y finaliza a las 5:00 de la mañana del otro día.

En esta temporada 2017, el artista quiere salirse de las galerías tradicionales de arte y llevar su arte a las tiendas de ciclismo. “Queremos llegar a los deportistas, a los ciclistas; darle un espacio al arte en las tiendas de ciclismo de la ciudad creando la conexión arte-ciclismo (…)despertar o enriquecer la sensibilidad de todos los ciclistas profesionales o amateur por el arte, plasmando estas imágenes en un dibujo, lienzo o madera”, expresó el pintor.

Sus obras las elabora en óleo sobre madera por su ejercicio práctico del día a día. “Además, la madera tiene la belleza que no tiene la tela y le aporta más al trabajo, por la textura”, expresa el artista.

Repite la historia

Esta no es la primera vez que Édgar Román Prada asume este reto personal; en 2015 también hizo el mismo trabajo y finalizó con gran satisfacción, al lograr entregar sus obras a algunos de los triunfadores colombianos en el Tour de Francia.

“La idea de las pinturas del Tour de Francia surge hace dos años, cuando Nairo Quintana se perfilaba como uno de los favoritos, generando gran expectativa y ampliando mi deseo de ser parte del Tour pintando a cada uno de los ganadores de etapa, a la par con el Tour, día a día. Fueron 21 días de trabajo pintando a los ganadores de etapa”.

El artista comentó que lo más gratificante de esa experiencia fue entregar sus obras a José Serpa, Jarlinson Pantano y Rigoberto Urán, Winner Anacona y Nairo Quintana en Tunja, “travesía que hicimos viajando en bicicleta Bucaramanga-Tunja. Y tenemos aún pendiente a Julián Arredondo que aún reposa en el taller”.

Afinidad

con el ciclismo

El padre de Román Prada, Urbano Prada, era conocido como uno de los ciclistas de Betulia. Por él inició su pasión en los años 80, cuando se perfilaban como grandes exponentes del ciclismo colombiano Lucho Herrera y Fabio Parra.

Ya radicado en la ciudad de Santa Marta, su pasión se aceleró con la práctica y pasión de sus primos por el ciclismo de competencia.

Así amplió su deseo y práctica por el ciclismo. “Hoy en día mi círculo de amigos gira alrededor del ciclismo; los que no están en el arte están en el ciclismo. Hemos hechos recorridos interesantes y fuertes, quizá, el más recordado para mí: Bucaramanga – Santa Marta en dos días, pedaleando un poco más de 250 kilómetros diarios”, comentó.

Algo de biografía

La inclinación por la pintura ha existido desde niño, aún sin tener referente familiar con el arte. Comenzó trabajando las técnicas tradicionales: óleo sobre lienzo y madera, acuarela, pintura en acrílico, pero principalmente escultura: de modelado en arcilla y plastilina, fundiendo en escayola, resinas, poliéster y bronce.

“Como habilidades artísticas destaco el dibujo, la pintura y la escultura, siendo esta última mi fuerte y mayor destreza”, manifestó el artista.

Nacido en Betulia, Santander – Colombia, Román Prada se inició como pintor en 2003 cuando viajó a Medellín y se integró al taller del maestro Luis José Peñuela Pinzón, en donde recibió clases de pintura al óleo y dibujo, mientras trabajaba como ayudante del maestro; al tiempo tomó clases de acuarela en un taller de extensión de la Universidad de Antioquia.

En 2004 viajó a Cartagena en donde se radicó por cinco años y trabajó en su taller. También desarrolló algunos talleres en la Escuela Superior de Bellas Artes de Cartagena. En 2010 se radicó en Bucaramanga, donde empezó como asistente en el Taller del maestro Juan José Cobos, reconocido escultor, con el cual trabajó ambiciosos proyectos como El Santísimo.

A finales de 2012 formó parte del taller de dibujo y pintura de la atelier di San Luca de Florencia, Italia, dictado por el Maestro Wilson Guevara en la ciudad de Bogotá.

En 2016 recibió clases de dibujo y pintura del natural con la orientación del maestro Henry Flórez Soler y en 2017 formó parte del taller de escultura que realiza la Barcelona Academy of Art en la ciudad de Barcelona, España. Este mismo año también recibe clases de pintura del natural en la ciudad de Andorra la Vella Principado de Andorra en el Taller del maestro Henry Flórez Soler y clases de dibujo en el Atelier di San Lucas dirigido por el maestro Wilson Guevara, realizado en la ciudad de Florencia, Italia.

En cifras

 

12

horas tarda el artista elaborando cada cuadro.