Todos somos donantes de órganos y tejidos
Desde el pasado 4 de febrero entró en vigencia la Ley 1805, la cual convierte a todos los colombianos en donantes de órganos.
Es decir, la normativa permite al Gobierno apoderarse de los órganos y tejidos de los ciudadanos al momento de su muerte para fortalecer los bancos de órganos existentes en el país, y favorecer a las casi tres mil personas que permanecen a espera de un donante.
De acuerdo con la ley 1805 aprobada por el Congreso en agosto pasado y ratificada por el Ejecutivo, solo podrá dejar de aplicarse en caso de que el fallecido hubiera dejado en vida un documento; autenticado ante Notaría y registrado en el Instituto Nacional de Salud, donde exprese su voluntad de no ser donante.
La otra opción de oponerse a la donación se puede manifestar al momento de afiliarse a la EPS, la cual deberá informar al INS.
De no existir dicho documento, los médicos estarán obligados a retirar del cuerpo los órganos que sean aptos para ser donados, y las familias del occiso no podrán oponerse a dicho trámite, pues “la voluntad de donación expresada en vida por una persona solo puede ser revocada por ella misma y no podrá ser sustituida por sus deudos y/o familiares”.
En cuanto a los menores de edad, la ley establece que podrán ser donantes, siempre y cuando, sus representantes legales expresen su consentimiento informado para la donación de órganos y/o tejidos dentro de las ocho horas siguientes a la ocurrencia de la muerte cerebral.
Una condicional expresa en la normativa señala que los tejidos conseguidos por dicho medio para el banco de órganos no podrán ser donados a ciudadanos extranjeros.
Para conocer más sobre este tema, la revista Gente consultó a dos expertos en este tema, voceros de la Foscal y la Fundación Cardiovascular, las únicas dos IPS trasplantadoras de órganos de la regional 4 conformada por los departamentos de Arauca, Norte de Santander, Cesar y Santander.
Se trata de Clara Inés Prada, Coordinadora Médico del Centro de Trasplantes de la Foscal y Fernando Andrés Quintero, Médico Coordinador de Trasplantes de la Fundación Cardiovascular de Colombia, quienes aseguraron que esta ley surge para aumentar la tasa de donación de órganos y tejidos, ante la gran demanda que hay de colombianos con necesidad de un órgano o tejido para mejorar su calidad de vida o tener la oportunidad de seguir viviendo.
“En 2016 en Santander, la tasa negativa familiar fue de 50 % ciento, es decir que de 10 familias que se entrevistaron para donar órganos, solo 5 dijeron que sí. Solo hubo 16 donantes en todo el año”, indicó Quintero, quien agregó que a pesar de que la norma ya fue aprobada, aún los coordinadores tienen muchas dudas sobre su implementación. “Ha sido difícil porque no tenemos las herramientas legales, porque aún no ha sido reglamentada. El problema con esta la ley es que el Gobierno Nacional no se encargó de informar a la sociedad en general acerca de que todos íbamos a ser donantes de órganos. La gente está muy mal informada. Tuvo el tiempo del mundo y la educación no se hizo, es uno de los problemas que vemos con la implementación de esta nueva ley”.
Agregó que “nosotros no queremos pasar por encima de las familias, porque viven una tristeza muy grande al perder a su ser querido, la idea es que sea una cosa concertada”.
¿Cuál es la importancia de donar?
Según Clara Inés Prada, Coordinadora Médico Centro de Trasplantes de la Foscal, donar es un acto de amor y solidaridad. “Todos en nuestras vidas hemos tenido segundas oportunidades, entonces por qué no ayudar a otros a tener una segunda oportunidad de vida o a mejorar su calidad de vida? La donación no nos daña y si ya no vamos a necesitar nuestros órganos y tejidos en caso de fallecimiento, ¿por qué no donarlos? Cuando no los donamos estos se deterioran rápidamente y terminan en el cementerio en descomposición o cremados. Se puede permitir que la persona pueda volver a valerse por sí misma y llevar una vida normal, volver a ver, caminar, respirar sin equipos médicos, desprenderse de una máquina que lo limita y que suple la función de un órgano vital” .
Un donante en muerte encefálica puede salvar la vida de 50 personas, si dona todo lo que se puede donar (laringe, pulmones, corazón, válvulas cardiacas, pericardio, hígado, páncreas, riñones, intestino, útero, córneas, tendones, huesos, piel).
Se debe tener en cuenta que la calidad de vida del donante de riñón en vida no cambia, llevará un vida más saludable (no fumar, no bebidas alcohólicas, hacer ejercicio pero no de contacto, comida equilibrada y saludable).
7
corazones, 7 hígados, 12 riñones y un páncreas se trasplantaron el año pasado.
1204
colombianos se trasplantaron en 2015.
302
pacientes esperaban un trasplante a diciembre del año pasado.
510
trasplantes de órganos y tejidos se hicieron en 2016, en la regional 4.