¿Sabe qué es lo que come en la calle?

Las ventas callejeras están expuestas a todo tipo de contaminación por mala manipulación y por el esmog. – Elver Rodríguez/GENTE DE CAÑAVERAL
Si usted es una de las personas que acostumbra a comer los alimentos que se comercializan en la calle, sepa que además de estar propiciando la invasión del espacio público, se está exponiendo a contraer enfermedades por la inapropiada manipulación, la mala preparación y el esmog.
Para hablar sobre este tema, la revista Gente consultó a Edwin Medina, jefe médico Laboratorio Clínico y Patología del Hospital Internacional de Colombia, quien alertó a la ciudadanía sobre los riesgos y el por qué solo debería adquirir estos productos en un lugar de confianza.
Según el profesional, los alimentos mal procesados pueden ser fuente de múltiples enfermedades infecciosas causadas por bacterias, virus y parásitos, sin mencionar el incremento del riesgo cardiovascular por el uso de grasas saturadas presentes en aceites reutilizados, comúnmente empleados para freír, o por el alto contenido calórico de muchos de estos alimentos ricos en carbohidratos y grasas que predisponen al desarrollo de síndrome metabólico y obesidad, aumentando el riesgo de diabetes, entre otras enfermedades.

La Secretaría de Salud aseguró que continuamente hace operativos en los puntos en los que se comercializan alimentos; sin embargo, recuerda que es mejor consumir en sitios de confianza. – Elver Rodríguez/GENTE DE CAÑAVERAL
La principal causa de infecciones transmitidas por alimentos son las bacterias. Dentro de este grupo se destacan las salmonelas, shigellas, E. coli, Campilobacter y Listeria, que causan cuadros de diarreas severas; disenteriformes (que presentan moco y sangre en las heces) que suelen durar entre 2 y 10 días y pueden desencadenar casos graves de deshidratación o, en raros casos, la muerte en pacientes de alto riesgo (embarazadas, niños pequeños, ancianos, personas con defensas disminuidas).
También se pueden presentar intoxicaciones por esporas preformadas y toxinas bacterianas que suelen causar cuadros autolimitados de diarrea profusa que duran entre 24 y 48 horas; los gérmenes frecuentemente comprometidos son clostridios y estafilococo.
Pero también pueden presentarse infecciones virales que causan diarreas autolimitadas, y hasta hepatitis A, por esta vía.
Dentro de los parásitos, casi todos se ingieren en forma de huevos presentes principalmente en alimentos contaminados con heces humanas o de otros animales; las carnes mal cocidas pueden ser fuente de toxoplasma, que puede causar infecciones en los fetos de mujeres embarazadas, y tenias que causan la temida neurocisticercosis, una infección del cerebro por el desarrollo del parásito en esa localización que genera convulsiones.
Según el profesional, aunque las infecciones no son propias de las ventas ambulantes, sí puede existir un riesgo mayor al consumir alimentos en la calle, pues muchos de estos expendios no garantizan las cadenas de frío cuando son requeridas, ni tienen adecuados medios para garantizar el lavado de manos de quien manipula los alimentos, o los elementos con los que se preparan las comidas no pueden ser limpiados de la forma apropiada y, muchas veces, las comidas permanecen exhibidas por mucho tiempo permitiendo el sobrecrecimiento de bacterias y hongos.
Estos alimentos, por lo general se recalientan, y este comportamiento aumenta el riesgo de contaminación bacteriana y generación de toxinas.
Igualmente no es higiénico que el mismo vendedor que manipula alimentos sea quien recibe el dinero, y cuando cuentan con nevera, esta sea un recipiente de icopor sin ningún control térmico. “Estos factores juegan en contra de garantizar un control sanitario idóneo”.
Por lo anterior, el profesional recomendó a la ciudadanía consumir alimentos solo en sitios con reconocida trayectoria y que generen confianza al consumidor.
“Muchas veces el producto contaminado con bacterias, virus o parásitos, no presenta un aspecto, olor o sabor diferente al alimento adecuadamente tratado, por lo que su consumo suele ser inadvertido”. Sin embargo, informó que el sabor amargo, olor avinagrado, consistencia pastosa, coloración pálida u oscura, suelen ser signos de descomposición del alimento y su consumo debe evitarse en estas condiciones.
Síntomas
Edwin Medina, jefe médico Laboratorio Clínico y Patología del HIC, señaló que las intoxicaciones e infecciones transmitidas por alimentos suelen caracterizarse por dolor abdominal, malestar general, fiebre, naúsea, vómito y diarrea, y acompañarse de otros síntomas generales como dolor de cabeza, de músculos y huesos, lo que puede confundirse con una virosis que desvía la atención del consumo de alimentos contaminados.
“El riesgo principal de estas enfermedades es la deshidratación, por lo que es necesario recuperar las pérdidas por vía oral, cuando es tolerada, empleando sales de rehidratación oral, caldos o jugos naturales. El uso de analgésicos y antiespasmódicos sin receta no está contraindicado. Si la diarrea es severa y no tolera la vía oral, hay deshidratación, dolor severo que no responde a analgésicos, fiebre que no cede con antipiréticos, somnolencia, respiración rápida, taquicardia, debilidad muscular o convulsiones, es indispensable la valoración médica en el servicio de urgencias. Igualmente, si los síntomas se presentan en un niño, un adulto mayor, una mujer embarazada o una persona con disminución de sus defensas, debe ser valorado por un médico en urgencias o consulta prioritaria”. No se deben consumir antibióticos si no son recetados por un médico.
Hablan
las autoridades
La secretaria de Salud de Floridablanca, Martha Liliana Rodríguez Quintero, reiteró que existe una infección alimentaria transmitida por la bacteria salmonella, cuando el producto no alcanza la máxima temperatura para eliminarla.
La jefe de esta cartera hizo además un llamado a las personas que manipulan alimentos para que den estricto cumplimiento a la resolución 604 de 1993 (ver Artículo 2) y a los requisitos de la resolución 2674 de 2013: “La presentación del puesto de venta ambulante debe tener una estructura fija, una adecuada vajilla; utensilios adecuados; que no observen la presencia de plagas (insectos o roedores). Que el manipulador porte su reconocimiento médico; mantenga hábitos higiénicos e indumentaria adecuada, blusa o delantal color blanco como gorro que cubra el cabello, tapabocas y guantes; no debe usar en su puesto de trabajo anillos, pulseras, aretes, relojes, collares o adornos. Uñas cortas, limpias y sin esmalte”.
Igualmente hizo un llamado a los comerciantes informales para que den el paso hacia la formalidad y participen en las capacitaciones que ofrece la Secretaría de Salud sobre buenas prácticas en el manejo de los alimentos.
Se entrega certificación y se hace en forma gratuita. Los interesados se pueden comunicar al teléfono 6750611.
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los casos de enfermedades de transmisión alimentarios en Santander, de acuerdo con el más reciente estudio observatorio de salud pública departamental, realizado en 2013.