“La lectura es una afición que se volvió pasión”

Su amor por la lectura nació desde muy joven y hoy no se concibe sin tener algo que leer. – Francisco Vera /GENTE DE CAÑAVERAL
Para Eduardo Pilonieta, un reconocido abogado de Bucaramanga y columnista de Vanguardia Liberal, su gusto por la lectura se ha convertido en una verdadera “pasión”.
Hoy, con una biblioteca personal de aproximadamente 12. 500 libros de todos los géneros, estilos, temas y tamaños, asegura que esto es una “pasión al extremo”, porque no se concibe un momento sin tener algo que leer. “Es muy difícil precisar cuántos libros he leído como tal: completos 2.500 aproximadamente; ojeados unos 6.000; pero todos están identificados en sus contenidos, en sus temas y en los asuntos de fondo que puedan llegar a interesarme en un momento”.
Desde que era tan solo un universitario comenzó a construir su propia biblioteca y ya son 50 años en este ejercicio. “La lectura le muestra a la gente mundos diferentes a los que les corresponde vivir o le explica aquel en el cual viven, permitiéndoles perfeccionarse como seres humanos. A un buen lector nada en la vida lo sorprende, por eso la lectura se convierte en una herramienta de sobrevivencia de capital importancia. El leer ilustra y amplía el criterio humano y esto permite saber qué somos y porqué estamos como estamos”, explicó Pilonieta.
Remembrando trae a colación el primer libro que leyó, Jude el Oscuro, que fue la última novela de Thomas Hardy, escrita en 1895 y retitulada por los críticos de la época como Jude el Obsceno. El más reciente es El club de los Supervivientes de Ben Sherwood, “que es un recuento de quienes, en situaciones extremas, se han enfrentado a la muerte y sobrevivieron”.
Todos estos libros los ha adquirido por referencias de los críticos, otros por recomendaciones de amigos o sencillamente porque le llaman la atención en la librería. También los ha buscado por la necesidad del momento y por curiosidad intelectual.
“Además, con frecuencia mis amigos me regalan libros, los autores generosamente me los remiten y en ocasiones termino siendo el depositario de aquellos que mis conocidos pretenden desechar”.
Una de las anécdotas que no olvida fue cuando recién inició el proceso de formar la biblioteca. Un amigo le prestó El muro de Jean Paul Sartre y “en vista de la demora en devolvérselo, al encontrarnos casualmente me dijo: ¡qué bonito que es construir bibliotecas con muros ajenos!, lo cual, desde luego me obligó a devolverle su libro”.
Ha sido toda una vida llena de literatura, novelas, historia y ficción, letras que lo han enriquecido intelectualmente para su desarrollo diario. “En lo profesional es una herramienta vital, pues un abogado que no lee se estanca y los hombres que se detienen empiezan a declinar, por eso en esta profesión tenemos que leer todo el tiempo si buscamos el éxito; en lo personal es la más productiva y agradable manera de pasar el tiempo y por eso siempre llevo un libro a la mano”.
Entre sus gustos bibliográficos se destaca: La novela histórica; la Edad Media; la vida del Cristo-hombre; la formación de la cultura material e inmaterial de la humanidad; los viajes antes del siglo XX y todo aquello que se relaciona con el descubrimiento y conquista de América.
Son muchos los libros que se ha leído más de una vez; sin embargo menciona algunos como: La canción del caminante de Silvio Villegas; La obra periodística de Gabriel García Márquez; Los Pilares de la Tierra de Ken Follett; El imperio español de Hugh Thomas; Memorias de un reporter de los tiempos de Cristo de Carlos María de Heredia e Ideas – Historia intelectual de la humanidad de Peter Watson; para citar solo algunos.
La era digital
En cuanto a su transición del libro impreso al texto digital, Pilonieta aseguró que “así como la fotografía desplazó a los óleos en materia de retratos, el libro virtual terminará cambiando la forma de leer permitiendo que una biblioteca infinitamente más grande que la nuestra quepa en un bolsillo y se pueda llevar a donde se quiera, asunto que siempre ha sido imposible con el libro de papel”.
Agregó que el proceso ha ido de la mano del cambio generacional. “En el libro electrónico cambia solo el continente pues el contenido continuará invariable permitiendo que su lectura pueda ser interactiva, su consulta fácil e instantánea y los costos bastante menores. Esto significa que en un futuro muy próximo la lectura será virtual para bien de la humanidad, protección del medio ambiente y socorro del bolsillo del lector”.
En cuanto al destino de su biblioteca, el prestigioso abogado comentó que es incierto “pues no es fácil que alguien las acepte, las cuide y les tenga el aprecio con que fueron construidas. Además requiere de un gran espacio físico y en eso compiten con los libros virtuales”.
Por lo pronto continuará abriendo espacio en este enorme armario para guardar más y más preciados tesoros, sus libros.