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| Mar 18, 2016 | Tendencias

Posturas de yoga en el aire

Se invita a tomar clases dos veces a la semana para un efecto palpable y visible en menos de un mes. - César Flórez/ GENTE DE CAÑAVERAL

Se invita a tomar clases dos veces a la semana para un efecto palpable y visible en menos de un mes. – César Flórez/ GENTE DE CAÑAVERAL

La clase comienza con la voz de la instructora Adriana Liévano, quien de inmediato lo conecta con la quietud. Su cuerpo se relaja en el tapete y usted se concentra en la respiración. Inspirar, exhalar.

Hecha un mar de paz se levanta y comienza el estiramiento, pero esta vez, con ayuda de un columpio. Piernas y brazos se apoyan de este para poner a prueba la elongación de los músculos.

Poco a poco comenzarán las posturas acrobáticas. Como si se se tratara de una hamaca, se sienta sobre el columpio, acomoda su cuerpo y su espalda se va hacia atrás, lentamente, estira sus brazos, y por primera vez, vence la gravedad. Como si levitara, sostenida por el columpio. La sangre irrigándose, oxigenándose, y ante todo dominando su cuerpo con su mente, fortaleciendo, logrando una seguridad única con usted.

César Flórez/ GENTE DE CAÑAVERAL

César Flórez/ GENTE DE CAÑAVERAL

Ejercicios van y vienen y después, usted, de pie sobre el columpio realizaalgunas posturas propias del yoga, el árbol, el mudra ‘anjali’ (sus manos en forma de oración junto al corazón).

Luego, al piso, para descansar en la postura del bebé mientras recupera su respiración, y una vez más a ejercitar brazos haciendo flexiones con el apoyo del columpio para ganar resistencia, uno que otro abdominal y por qué no, pararse de cabeza.

Al final, el gran premio, la relajación, acostado dentro del columpio, como si fuera un bebé, como si estuviera en el vientre de su madre, dentro de un huevo, para soltar cada parte de su cuerpo, cada músculo, el ceño, el cuero cabelludo, y respirar lentamente, con los ojos cerrados.

En ese estado de total quietud recibe sobre el chakra de su frente un delicioso ungüento que le regalará aromaterapia al momento.

Suena la música de relajacion, los cuentos tibetanos, el aroma es perfecto y usted se convierte en un observador de sus pensamientos, para quedarse en el aquí, en el ahora, regalarse ese momento presente para amarse, para hacerse consciente de usted.

Así se vive una clase de aeroyoga en Ananda Center, pioneros de esta técnica en la ciudad. Para conocer un poco más las bondades de esta clase, Gente habló con la instructora Adriana Liévano, sobre esta tendencia en yoga.