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| Nov 27, 2015 | Nuestra Gente

64 años construyendo sueños y fortaleciendo el amor

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El 8 de diciembre, Jorge García Reyes y María Ligia Alba cumplirán 64 años de feliz matrimonio.

La pareja oriunda de Bogotá se radicó en Cañaveral hace 17 años, a donde llegaron en busca de la tranquilidad y descanso, después de más de 30 años de arduo ejercicio profesional en la firma “García & Alba, Abogados Asesores”.

Hoy, ella de 81 años y él de 86, siguen creyendo firmemente que el “matrimonio es para toda la vida”, así como cuando en 1951, frente al altar dijeron “sí acepto” y desde entonces no se han separado y han dedicado su tiempo a cuidarse, protegerse, consentirse y sobre todo amarse y aceptarse con los achaques propios de la edad.

“Nuestra relación, gracias a la nobleza e inteligencia de mi esposa, ha superado cualquier diferencia de las que son comunes en todas las uniones de los humanos, y además de tener como norte la colaboración y la tolerancia, siempre tuvimos en cuenta el ejemplo que los hijos necesitan, gracias a lo cual nuestras tres hijas gozan de bellísimos hogares donde los mismos valores y principios morales rigen sus relaciones matrimoniales”, expresó Jorge García.

Tres hijas, ocho nietos y cuatro bisnietos conforman la gran familia García y Alba.

Un poco

de historia

Jorge García y María Ligia se conocieron en el Colegio de Nuestra Señora de Chiquinquirá de Chapinero, (Bogotá); ella, una estudiante de 12 años, y él, hermano de la rectora y fundadora de la institución. “Fue ahí donde conocí a esta adolescente quien sigue siendo la adoración de mi vida”, aseguró el orgulloso esposo.

Agregó que desde muy pequeño fue venerador profundo de la Virgen Santísima y en ese culto coincidió con Ligia, por lo que desde su matrimonio el 8 de diciembre de 1951 hasta el presente han gozado de la dirección y protección permanente de ella, “en sus diferentes advocaciones, quizás con preferencia a la que es venerada los 8 de diciembre, es decir la Virgen de la Inmaculada Concepción”.

Un noviazgo de dos años y medio fue suficiente para consolidar esta unión que aún mantiene viva la llama del amor.

“Desde luego que cuando el noviazgo se toma sesudamente como la etapa para que la pareja se conozca bien y determine si existen las condiciones personales para una larga convivencia, el logro positivo es fácil de vaticinar. El nuestro fue de dos años y medio durante los cuales hubo recíprocas confesiones de defectos personales, nos fijamos rutas siempre bajo mucho respeto interrumpido tan solo por algunos besitos inicialmente robados, a la postre consentidos y pare de contar”, recordó García.

En cuanto a su boda, aseguró que se hizo sin “el menor boato, casi como aventura de dos adolescentes que, a cambio de la pomposidad, juraron ante el altar de la Virgen de la Inmaculada Concepción en la Iglesia de San Diego en Bogotá cumplir el mandato bíblico de estar unidos amándose hasta que la muerte los separe”.

Hoy gozan de una numerosa familia y aprovechan las fechas especiales para reunirse y compartir. “Dado que todos nuestros descendientes, 3 hijas, tres yernos adorados como hijos consanguíneos, cinco nietas, tres nietos, tres bisnietas, y un bisnieto están radicados en Bogotá, a excepción de una nieta que hace su Maestría en la Universidad de Porto, Portugal, y otra con su esposo están radicados en Sidney, Australia, se ha convenido que las celebraciones de las navidades se cumplan de manera alterna, es decir, este año con intensa alegría tendremos como visitantes a una de las hijas y sus contertulios familiares. Y el año próximo estamos invitados a celebrar la Navidad en la gran capital. Sea acá o allá siempre nuestros corazones están entrelazados por el amor, la colaboración y la integración familiar”.

El aniversario, próximo a cumplirse, se celebrará con una ceremonia especial en la Parroquia Santa María Reina de Cañaveral.

En cifras

1951

fue el año en el que se casaron y desde entonces, no se han separado.

3

hijas, ocho nietos y cuatro bisnietos tiene la feliz pareja.