¡Qué peligro bajar por el puente nuevo!

En la vía que finaliza el intercambiador se forman congestiones por los carros que llegan de la paralela y de la autopista. – Javier Gutiérrez /GENTE DE CAÑAVERAL
Fabiola Forero
Periodista de Barrio
Resido en el sector de la paralela y cuando anunciaron la construcción del puente de El Bosque pensé que sería una solución al trancón que vivía día a día en Cañaveral y el sector de Lagos en mi regreso hacia Bucaramanga.
Y aunque en parte encontré una salida a ese nudo de carros, resulta que ahora me toca ser todo un as del volante para evitar una estrellada.
¿Por qué? Porque quienes diseñaron el puente lo volvieron una vía de dos carriles (en el puente) que termina en uno (cuando llega a la paralela de Molinos).
Allí no solo hay que tener cuidado de no estrellarse con quienes vienen por la paralela, sino que metros adelante debe tener los ojos bien abiertos no sea que se le meta de manera imprudente uno de los carros que viene por la autopista y quiere tomar la paralela.
Mejor dicho, debo ir súper atenta, mirar a la derecha por si me sale uno y luego a la izquierda por si me sale otro.
A eso sumémosle que si logro sobrepasar estos dos obstáculos me encuentro con uno peor, el de los taxis que deliberadamente se parquean en el costado derecho de la vía en espera de una carrera, justo debajo del puente peatonal.
¿Por qué habilitaron ese ingreso de la autopista a la paralela tan cerca de la caída del puente de El Bosque? ¿Y por qué no lo hicieron de tal manera que todos los carros se integraran sin necesidad de tener que frenar?
Gracias a Dios allí no ha habido un accidente de tránsito.