‘Desde niño sabía que sería médico’
Audry Laguado
Gente de Cañaveral
El nombre Wilmer Rivero pasó a las páginas de los medios de comunicación hace tan solo una semana. Y no podía ser de otra manera, el urólogo de tan solo 35 años realizó un trasplante de riñón con paciente vivo en la FVC con la particularidad de extraer el órgano de la donante por vía vaginal.
Esta operación es la primera en su tipo a nivel nacional, y tal fue el éxito que el miércoles 4 de febrero realizó otra intervención igual, esta vez la donante era la madre del receptor.

Para este profesional su familia es lo primero, sus dos hijos y su esposa son su prioridad. – Suministrada/ GENTE DE CAÑAVERAL
Rivero pasó a ser uno de los cirujanos más brillantes de la actualidad médica santandereana… Esta es la historia de un joven científico.
Siempre supo que quería ser médico
Desde que era tan solo un niño de 5 años Wilmer tenía claro que quería ser médico… “mi papá trabajaba en la parte administrativa de una entidad de salud, a veces me llevaba a su trabajo y como podía me ‘volaba’ al anfiteatro para ver a los estudiantes de medicina que aprendían con los cadáveres.
“Hasta los médicos ya sabían que yo me metía a ver las clases (risas)”, las visitas al anfiteatro no solo se quedaron en travesuras, poco a poco la anatomía y la ciencia empezaron a llamar la atención del joven que se educaba en la Fundación Colegio UIS.
“Cuando me presenté a la UIS para estudiar medicina, en el formulario habían dos opciones de carrera, pero estaba tan seguro de lo que quería que solo puse medicina, el otro espacio lo dejé vacío”, relató.
Como estudiante destacado de medicina terminó su pregrado en Bucaramanga, pero el instinto investigativo lo llevó a otras partes del mundo para capacitares y ser el especialista destacado que es en la actualidad.
Un hombre de familia
Cartagena, Caracas, Venezuela, y Barcelona, España lo recibieron y lo formaron como especialista y experto en urología. Para él esta especialidad le permitía hacer lo que le gusta sin dejar de lado a sus seres amados.
Wilmer se define como un hombre de familia, y aunque sabe que ama profundamente su carrera, ese mismo amor lo tiene por su familia, sus seres queridos son su motor de vida.
“Cuando estaba estudiando medicina tenía claro que me gustaba la cirugía, y me di cuenta que con urología podía hacerlo y además podía hacer consultas, este es un campo muy amplio, pero además me permitía pasar tiempo con mi familia” dijo.
No pudo ser mejor, además de ser un profesional destacado Wilmer dice que le puede dedicar tiempo a su esposa, quien es abogada y a sus dos pequeños de 6 y 4 años.
Ahora en Bucaramanga
Tras estar en varios países no dudó en regresar a su ciudad natal, para él Bucaramanga y su área metropolitana era el lugar indicado para crecer como profesional, como esposo y padre de familia.
“Las grandes ciudades me parecen hermosas, pero yo tenía claro que quería regresar por varias razones, en primer lugar es una ciudad en crecimiento y con la FCV tengo la oportunidad de proyectarme y ahora con el Hospital Internacional de Colombia vamos a ser el mejor de América Latina.
“A su vez mi familia está cerca, no tengo que movilizarme por horas, y acá tengo todo”, relató.
Rivero sigue salvando vidas, luchando contra la falta de donación de órganos: “por desgracia la donación de órganos ha bajado mucho. Y esto por muchos factores: religiosos, falta de información y porque en Colombia no existe una ley que permita que los pacientes con muerte cerebral pasen a ser donadores. Acá el paciente depende de la familia y ahí es donde todo se complica.
“Por eso la donación con paciente vivo está aumentando, pero eso implica doble responsabilidad, por eso las intervenciones las hago con mucho cuidado y respeto, es que quien dona un órgano está haciendo un acto de amor muy grande y eso es de admirar. Por eso cada paciente tiene una gran importancia”, finalizó.
35
años tiene el especialista quien desde hace 4 años se vinculó a la FCV.