Cantante de piel y sangre

Hace algunos días Elsa estuvo de visita en Santander, y otras ciudades de Colombia ofreciendo conciertos. – Suministrada /GENTE DE CAÑAVERAL
Audry Laguado
Elsa Carvajal es de tez blanca, cabello oscuro y una gran sonrisa… Nació con un don: hace música. Desde que era tan solo una niña se dedicaba a cantar a viva voz en cada rincón de su casa, en ese momento solo sus abuelos y sus padres eran su público, pero con los años se dio cuenta de que eso era lo que quería hacer el resto de su vida, cantar.
Tal ha sido su éxito que hace tan solo unas semanas se enteró que estaba nominada a los premios Shock en la categoría: mejor canción alternativa radio, por su sencillo ‘Inmadura’.
En la actualidad vive en San Francisco, Estados Unidos pero hace tan solo unas semanas visitó a Santander y otras ciudades del país para ofrecer algunos conciertos.
Esta es la historia de ‘Elsa y el mar’ (que es su nombre artístico), Gente habló con ella.
Una vida llena de música
Desde que comenzó a tener uso de razón Elsa tenía en su mente diferentes ritmos musicales, en su hogar reinaron diferentes melodías, diferentes géneros, diferentes ritmos que poco a poco comenzaron a influenciarla.
Pero siempre tuvo claro que lo que más amaba era cantar.
“Mi gusto por la música comenzó desde muy pequeña. Especialmente por cantar. Los recuerdos que guardo de mis juegos siempre incluyen imágenes mías cantando, ofreciéndole ‘shows’ a mi familia, y obligando a mi hermanito y sus amigos a ser mis bailarines (risas).
“Ya más grande, por ahí a los 8 años fue cuando empecé a caer en conciencia acerca de lo que estaba haciendo; coleccionaba los discos que me gustaban, hacía cancioncitas y cantaba el 90% del tiempo, hasta el punto que no me aguantaban en la casa.
“Luego, a los 14 años, comencé a componer con un amigo del colegio que se llama Juan Diego, y así fui encaminándome y desarrollando el amor que me trajo hasta aquí. A los 17 me vine a Estados Unidos a estudiar música y en mayo de este año me gradué”, relató Elsa.
Desde Celia Cruz, Juan Luis Guerra y Selena, que eran los artistas que escuchaban sus padres y abuelos, influenciaron en su gusto por la música así como Jorge Drexler, Yael Naim, Feist, y St. Vincent. De alguna manera cada uno de ellos le hicieron entender los aspectos más simples y complejos de la música.
En la
actualidad
Hace dos meses esta artista vive en San Francisco, se fue con su productor Mateo Lewis, escogió esta ciudad porque buscaba un lugar hermoso pero sobre todo inspirador para comenzar a grabar su nuevo disco.
“Generalmente todos se van a Los Ángeles o a Nueva York, pero a mi ese ambiente de competencia y de querer ser famoso me deprime mucho. Además, en esta época digital tu puedes grabar desde el rincón más remoto y visitar los epicentros de la industria de a poquitos y sin que te drenen tus energías.
“Por otra parte, yo no vivo acá porque en Colombia falte algo. De hecho en Colombia la industria de la música independiente está creciendo muchísimo, es que acá simplemente me siento más cómoda como ser humano y como artista; me siento más libre a la hora de crear, de experimentar, de componer.
“A veces, allá puedo llegar a sentirme haciendo algo que para algunas personas no es ‘comercial’ en cambio acá a nadie le importa”, recalcó.
Ha sido toda una vida de cantar, de componer, de disfrutar cada letra que canta, pero al mismo tiempo ha sido una búsqueda por un estilo propio. Quizá por no ser encasillada en un género Elsa canta lo que siente con su propio estilo.
Tal vez por ser tan dedicada y cuidadosa con lo que es ella, musicalmente hablando, es que ha logrado, entre otras cosas, ser reconocida y en la actualidad ser una de las nominadas a los premios Shock 2014.
“Yo no sé qué género hago y no quiero saberlo. En cuanto a mi estilo digamos que se llama estilo ‘libre y extraño’.
“Nunca pienso en un género, en una instrumentación específica y que siga esquemas. Cada canción es un mundo y se puede notar en canciones como: ‘Qué horas son’ y ‘Me viene bien’.
“Para mí, la letra, la música y la instrumentación son un todo, y tienen que tener coherencia para entregar el mensaje que quiero”, concluyó.