Taxistas fuera de control
Desde hace más de dos años ingresé a un trabajo en el cual era necesario tomar taxis cada dos meses durante un tiempo prolongado.
En todo este tiempo me he podido dar cuenta de que el comportamiento y actitud de los conductores es similar, sin importar la hora del día, la distancia a recorrer o el clima que esté haciendo.
He aquí algunas de mis observaciones más importantes:
Afán por llegar al destino solicitado: no sé si quieren sacar el máximo provecho a sus horas laborales, pero a veces da la impresión de que quieren deshacerse del pasajero en el menor tiempo posible.
Me han generado náuseas en más de una ocasión Frenadas casi al límite: no sé cuál es el objetivo de frenar a pocos centímetros del carro que está en frente, pues de todas mane-ras el carro tiene que parar. Me he visto en varias situaciones en las que me estrello con el asiento de enfrente o toca agarrarse de lo primero que se encuentre para evitar un golpe.
Uso del pito: tal pareciera que viven malgeniados en todo momento, pues pitan si un carro no arranca al segundo de haber cambiado el semáforo, si alguien intenta adelantarlos o si el carro no va con la velocidad esperada.
Motociclistas: tal parece que son los enemigos número uno de los conductores de taxi, pues los presionan constantemente para obtener vía, los cierran e incluso los insultan cuando los pasan. Es importante tener en cuenta que los accidentes de los motociclistas no son siempre por imprudencia y exceso de velocidad del motociclista, como dicen muchas noticias y testigos.
Carriles ficticios: este es un término que me permito utilizar para hacer referencia a que cualquier espacio, por mínimo que sea, es utilizado por los conductores para tratar de avanzar y estar de primeros en la fila del trancón.
Es un llamado de atención al transporte responsable de pasajeros, quienes merecemos tranquilidad y seguridad en nuestros recorridos.